Tras la caída del Imperio carolingio, Europa quedó
dividida en un conjunto de reinos, condados y principados que tenían en común
el cristianismo y la organización feudal.
UNA MONARQUIA DE DERECHO DIVINO
Se situaba
el monarca, que era reconocido como el primus inter pares, es decir, el primero entre
iguales (nobles).La iglesia cristiana estableció que los monarcas eran los
representantes de Dios en la tierra, con la misión de gobernar a su pueblo y
defender su reino. Los monarcas no tenían residencia fija, poseían diversos
castillos.
LA
CONCEPCIÓN PATRIMONIAL DEL REINO
Los
territorios que el monarca tenía bajo su autoridad componían su reino y eran
considerados como su patrimonio personal. A veces n noble se hacía vasallo de
otro rey y sus tierras se integraban en otro reino y el monarca dividía su
reino entre sus tierras se integraban en otro reino y el monarca
dividía su reino entre sus herederos y las fronteras cambiaban fácilmente
LOS PODERES REALES
El monarca
compartía el gobierno del reino con la gran nobleza (condes, duques, marqueses)
y las principales autoridades religiosas (obispos y abades).
Tenían
atribuciones exclusivas:
1. Dirigir campañas militares, acudían con los
vasallos con sus ejércitos para no ser considerados traidores y perder sus
feudos.
2. Recaudar impuestos para guerras,
coronaciones, etc.
3. Ejercer de juez supremos en pleitos.
LA CURIA Y LA CORTE Real
Para
gobernar el rey contaba con la ayuda de la Curia, formada por obispos, abades,
condes, duques o marqueses. Junto al rey estaban siempre la familia, amigos y
consejeros.
LA NOBLEZA GUERRERA
La guerra
era la principal actividad de los nobles y el rey. Eran los únicos que portaban
armas.
LOS
CABALLEROS
Se dedicaban
al oficio de armas. A los hijos de los nobles se les educaba para la guerra.
Primero eran pajes, y después escuderos y a los 18 años se les armaba
caballeros
GUERRA Y TORNEOS
Los nobles
luchaban para defender territorios, enfrentarse a otros nobles y/o ayudar al
monarca o al señor que obedecían. La guerra proporcionaba tierras y riquezas.
Los torneos los hacían para divertirse y entrenarse en época de paz.
La mujer noble
Pese a
pertenecer a un estamento privilegiado, la mujer noble no contaba con grandes
derechos en la Edad Media. Su principal función consistía en casarse y
proporcionar descendencia que garantizase la supervivencia del linaje. Los
matrimonios eran concertados, pues el valor de una mujer estaba relacionado con
la dote que aportase al casamiento, ya que cuando se casaba sus tierras pasaban
a engrosar el patrimonio del marido. Una vez casada, residía en el castillo,
donde su vida quedaba consagrada al cuidado de los hijos y a la administración
de la economía doméstica. Solo en caso de ausencia del marido, la mujer se veía
en situación de dirigir la defensa del castillo. En líneas generales, la
formación cultural de la mujer nobiliaria era superior a la del hombre, pues
mientras este se preparaba para la guerra, ella se dedicaba a leer y a escribir,
y era frecuente que las mujeres supiesen latín y lenguas extranjeras. También
era frecuente que las mujeres acogieran en el castillo a trovadores y juglares,
lo que contribuyó a extender por Europa el gusto por la poesía y la música. La
figura de la mujer quedó condicionada por el ideal caballeresco transmitido por
los romances y los cantares de gesta de la época, por el que se consideraba que
uno de los principales deberes de un buen caballero era cortejar y servir a su
dama.
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